Alba tiene un sueño desde pequeña del que tan solo su mejor amigo es conocedor. Ese sueño es que el día
que se case ella todos sus amigos lo hagan también. Alba se va a casar. Empieza
a llamar a sus amigos emocionada para
darles la noticia e invitarlos junto a sus parejas, pero ninguno de ellos puede
asistir ya que todos viven fuera y sus trabajos no se lo permiten excepto Nacho,
su mejor amigo y compañero de carrera y profesión. Alba está sin ganas, ya que el
hecho de que sus amigos no puedan estar con ella ese día la entristece. Sin
embargo sigue adelante y llega el momento de elegir vestido. Ella es diseñadora
pero quiere que para uno de los días más
importantes de su vida la vista Nacho. Ella se lo propone y le dice que no
quiere ver el vestido hasta el día de la boda. Nacho acepta diseñarlo con la
ayuda de los amigos de toda la vida para crear un vestido lleno de recuerdos
sin que Alba sepa nada. Llega el día de la boda. Alba se ve con el vestido por
primera vez y se emociona, pero no sabe que lo mejor aún está por llegar. Ya
que justo al dar el sí quiero, se empiezan a escuchar varios sí quiero a la vez…
Alba no se puede creer que sus amigos estén allí haciendo realidad uno de sus
sueños.